Una zorra mientras paseaba con su grupo de amigas por allí, empezó a saltar y saltar feliz de la vida cantando de lo contenta que estaba. Poco a poco sin darse cuenta, por el entusiasmo se alejo del grupo y en uno de esos saltos, ya cansada y sin fuerzas de tanta energía gastada, ella tambaleo y se sujeto de un espino lastimándose las patas cayendo pesadamente y sin que sus amigas pudieran auxiliarla.
Quejándose de dolor y reclamándole al espino, la zorra grita: ¡ay como me duelen mis patitas, me sujete de ti y en ves de ayudarme me has hecho daño! ¿porque eres tan malo? a lo que el espino responde: ¿estas loca, tu te acercaste a mi, acaso no sabes que yo lastimo a cualquiera que se acerque o me toque, porque me tocas si sabes lo que te pasara, o creíste acaso que serías la excepción? yo lastimo a todo el mundo, que no se te olvide eh, es que no pensé que me harías esto, respondió la zorra, muy triste casi llorando.
El espino termino diciendo: bueno ahora ya sabes, si me tocas te lastimaré y por si acaso pasa la voz, no me gustan los reclamos.
En tus momentos difíciles no te apoyes de la persona incorrecta. No pidas ayuda al que suele hacer el mal.
Nunca te acerques ni confíes en alguien que ya sabes que está acostumbrado a hacer daño.
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