Una pantera que paseaba por la selva con otros animales de su misma especie, se aparto del grupo para buscar algo de sombra ya que las temperaturas eran muy altas. En su intento, no se dió cuenta del camino y cayó en una trampa lastimándose. Los gritos de dolor de la pantera llamaron la atención de unos pastores que casualmente pasaban muy cerca, quienes al verlo algunos de ellos viendo al animal indefenso no solo se burlaron de ella con insultos, sino que le lanzaban piedras de manera feroz.
Después de haber esquivado algunas piedras, la pantera grabo en su mente y con gran precisión los rostros de sus agresores, después de todo sabía que los encontraría. Pero hizo lo mismo con aquellos que se compadecieron entregándole algo de comida y agua. Al cabo de unas horas, la pantera se iba recuperando gracias al alimento que aunque poco, pero fue suficiente para darle energía al punto de tan solo con un gran salto y logro salir de aquel hoyo. La pantera ya no sentía ni dolor, al recordar llena de enojo su desafortunado momento se daba fuerzas para correr directo a su escondite.
En aquel lugar descanso unos días y al cabo de otros más se fue a buscar al ganado de aquellos pastores que lo golpeaban y terminó con la vida de todos ellos, así cobro su venganza pendiente. Luego busco a sus ayudadores quienes al verlo quedaron aterrorizados, la pantera procuraba calmarlos diciendo:
-Recuerdo mucho a quienes buscaban mi muerte, no los olvido, pero tampoco a ustedes que me ayudaron a recuperarme, no teman. Solo vine como gran enemiga, pero por mis enemigos.
Quien hace mal, tarde o temprano, termina mal.
¡Sé el primero en comentar!