Todos sabemos que una característica de las hormigas es que son muy trabajadoras en el verano. Ellas no descansan hasta juntar suficiente alimento para el invierno y no pasar hambre. Pero no faltó una que era muy floja. Se la pasaba durmiendo mientras las demás trabajaban. Un día Mariana, la hermana de Ana, la hormiga dormilona, le llamó la atención pero a esta poco le importó y siguió en la misma actitud. Llegó el invierno por fin.
A la hora de comer, Ana tenía mucha hambre y quiso servirse unos granos de trigo que Mariana juntó en el verano pero esta última le dijo: «Un momento Ana, yo trabajé mucho para que no me falte alimento en el invierno mientras tú te la pasabas durmiendo. Ahora tendrás que aprender que si no trabajaste tampoco tienes derecho a comer». Ana se dio cuenta que la flojera no era nada buena y que ahora le traía serias consecuencias. Habló con Mariana y prometió trabajar mucho el próximo verano y traer doble ración para el invierno. Mariana que quería mucho a su hermana la disculpó y se la llevó a almorzar unos deliciosos granos de arroz y trigo.
Todos debemos tener una responsabilidad y prepararnos para cuando lleguen tiempos difíciles no nos falte lo necesario.
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