Mientras un león descansaba plácidamente, después de una gran cena un ratón se atrevió a saltar y jugar sobre el león. Este se movía muy fastidiado de un lado a otro sin poder conciliar nuevamente su sueño, al punto de despertar y ver que quien le había robado el sueño era este inquieto ratón y que parecía estar en una gran fiesta despreocupadamente sobre el león y sin temor alguno. El león observaba atentamente como saltaba dejando que el ratón haga lo quiera. Una zorra amiga del león que observaba de lejos y muy atenta se acercó al león y le dijo:
-Me sorprendes grandemente mi rey león, tu que eres el señor de todos, que dominas la selva a tu antojo con gran fortaleza y poder ¿me parece o es que le temes a un pequeño e insignificante ratón? porque veo hace rato que solo quedas mirando sin hacerle nada, a lo que el rey león después de unos segundos respondió sin vacilar:
-Yo no le temo a nadie mi querida amiga zorra, lo que pasa es que estoy muy admirado de la confianza y seguridad con que se divierte este pequeño ratón sobre mí. Nunca antes he visto a nadie atreverse a acercarse a mí sin temor, todos me temen y no siempre quiero comer o hacer daño a alguien, sólo si tengo hambre. Es triste sentirse solo y hoy por primera vez alguien se acercó a mí sin temor. Solo observaba lo valiente y despreocupado que se veía este valiente ratón. Por eso es que no tenía que hacerle nada.
Nunca dejes de cuidarte de nadie por muy pequeño que sea, hay que estar atento a todo por insignificante que nos parezca.
Gracias