Un rey tenía varios hijos a quienes adoraba y preparaba en lo que más les gustaba hacer. Uno de ellos, el menor, amaba la práctica de las artes marciales. Pero una noche el rey tuvo una pesadilla en la cual se le anunciaba que su querido hijo iba a morir atacado por un león. El despertó muy angustiado y triste, temiendo que se haga realidad su gran temor.
Paso muy poco tiempo y el rey, luego de contarle a su hijo el fatídico sueño, mando construir un hermoso palacio donde su joven hijo tuviera todo lo que necesitaba, incluyendo unos dibujos de los animales que más le gustaba, en las paredes del palacio y de tamaño natural. El hijo una vez que vio todo esto, se interno en aquel palacio un tiempo, pero llego el momento en que vio al león dibujado, se detuvo a mirarlo un rato y lleno de enojo no pudo más y grito:
-Como es posible que por culpa tuya y de un mal sueño, tenga que estar aquí encerrado como un prisionero sin haber hecho nada malo a causa de los miedos de mi padre, no soporto más esto, ¿que hago ahora?.
Al terminar de decir esto, sintió un gran deseo de golpear al león aunque solo fuera un dibujo pintado en la pared, miró uno de los árboles y subió en el para cortar una rama y golpear al león desahogando así toda su ira y frustración. Pero al intentar hacerlo se hizo un profundo corte en la mano a tal punto, que se desmayo cayendo enfermo con fiebres muy altas, estuvo así por varios días hasta que llego a morir.
Afrontemos con paciencia nuestros problemas, buscando una solución correcta sin desesperación y enojo. Es mejor y traerá buenos resultados.
¡Sé el primero en comentar!